Los testigos
David Toribio
Testigo ocular
David tenía 26 años cuando, el 18 de junio 1961, San Miguel Arcángel comenzó a aparecerse a las cuatro niñas, Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz, preparándolas para la visita de la Virgen. Al día siguiente, estaba él sentado con otros mozos a la entrada del pueblo, cuando acertó a pasar por ahí Conchita. Uno de los jóvenes preguntó a la mayor de las videntes con aire socarrón: «¿Qué? ¿Cómo venía el ángel? ¿Traía zurrón? ¿Traía cachaba? ¿Cómo venía?». Conchita se alejó avergonzada ante las burlas de los muchachos que siguieron mofándose de las niñas, pero solo hasta que vieron el primer éxtasis.
Aniceta González
Madre de Conchita
"Mi hija es una muchacha muy buena. La llevaba a la Iglesia conmigo. Después del rosario hacíamos un Vía Crucis y rezábamos".
"El 18 de junio de 1961, Conchita vuelve a casa con los ojos llorados", cuenta Aniceta. "Me dijo:
-- 'Mamá, hoy he visto al Ángel'.
-- ¿Al Ángel? Además que viniste tarde, ¿ahora me vienes a mí con esas tonterías? ¡A mí no me hables de eso, eh!
Pensé que me venía engañando para que yo no la regañara. Ella se quedó arrimada a la pared. Yo no le dije nada, pero me dio un escalofrío por dentro, sentí una cosa rara. Me dije: ¿Qué será esto?"
Serafín González
Hermano mayor de Conchita
"No estaba aquí cuando empezaron las apariciones.
Me enteré la primera vez en Torrelavega. Al llegar a Torrelavega, según nos apeamos en la Estación del Norte. Estaba trabajando por allí un muchacho que había estado conmigo en la mili.
-- "¡Hombre, Serafín! ¿Qué pasa allá por tu pueblo?"
-- "¡Ah, no me digas, no sé! Hace ya dos meses que no estoy allá".
Miguel González
Hermano de Conchita
"Cuando era joven y trabajaba en el campo, la campana de la iglesia del pueblo tocaba al mediodía. Todos parábamos de trabajar, incluso los que estaban con el ganado, y rezábamos el Ángelus. Después, a la tarde, todos, hombres, mujeres, niños, todos volvían a sus casas para luego ir a rezar el rosario en la iglesia. Y esto sucedía cada día".
Simón González
Padre de Jacinta
"Cuando fue la primera aparición del Ángel, Jacinta lo dijo en casa, a la noche, que habían visto el Ángel y yo no la creía. Nosotros no hablamos nada con nadie hasta que ya se divulgó.
Por la forma que ella se explicaba pensé que había algo. El primer día que fue la gente, yo no fui. Cuando bajan y me cuentan lo que había pasado, digo: ¡Cuánto siento no haber ido yo!"
María González
Madre de Jacinta
"Al principio me costó mucho creer y le decía a Jacinta: ¡Ay Jacinta, antes de nacer me diste molestias y ahora, Dios mío, qué disgustos me estás dando!
Estábamos en la cocina, y me dice Jacinta:
-- '¡Ay, mamá!, estuvimos cogiendo manzanas y ya estábamos en la calleja cuando Conchita dio un grito. Al dar ese grito, quedó mirando para arriba. Miramos y vimos un resplandor nosotras y nos quedamos igual que Conchita'".
Miguel Ángel González
Hermano de Jacinta
Miguel es hermano de Jacinta, un año mayor que ella. Tenía 13 años cuando empezaron las apariciones.
"La primera vez que oí hablar de las apariciones fue el día que ellas decían que habían visto al Ángel, el 18 de junio de 1961. Fui a ver los éxtasis cuando fue la mayoría de la gente".
Laura González
Vecina de Garabandal
"Conozco bien a las niñas. En el pueblo de San Sebastián de Garabandal, todos nos conocemos.
Al principio, cuando ellas empezaron a decir que veían al Ángel, pues realmente no las creímos porque ellas iban solas. Pensábamos que era una cosa de niñas. Yo no lo creía, no".
D. Juan Álvarez Seco
Brigada de la Guardia Civil
Durante las apariciones, D. Juan Álvarez Seco era brigada de la Guardia Civil, jefe de la sección de Puentenansa, demarcación a la que pertenecía San Sebastián de Garabandal.
"Cuando estaba próximo a mi ascenso a brigada, decía para mí:
-- No quisiera ser destinado por la parte norte".