Día 3
Del himno “Akáthistos” a la Madre de Dios:
"Salve, lucero que el sol nos anuncia;
Salve, regazo del Dios que se encarna.
Salve, por ti la creación se renueva;
Salve, por ti el Creador nace niño.
Salve, ¡virgen y esposa!".
De los santos:
"Solamente pensar en María llena de consuelo mi alma. Ella es mi delicia" (San Felipe Neri).
Para meditar:
¡Qué gran consuelo es pensar que tenemos en el Cielo una Madre que nos ama y que no nos olvida! Considera la prueba y la manifestación del amor que nos dio junto a la cruz, cuando pronunció de nuevo su "fiat", al recibirnos como hijos suyos. Piensa cuánto debes amarla tú, si ella te ama tanto. Todo lo que hagas por agradar a María debe parecerte poco.
Propósito:
Ofrece hoy a Dios un sacrificio en acción de gracias por haber llenado de tanto amor el corazón de su bendita Madre.