Día 5
Del himno “Akáthistos” a la Madre de Dios:
"Salve, celeste escalera por la que Dios ha bajado;
Salve, oh puente que llevas a los hombres al cielo.
Salve, de angélicos coros solemne portento;
Salve, de turba infernal lastimero flagelo".
Del Magisterio:
«María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe, no adulterada por duda alguna, y de su entrega total a la voluntad de Dios. Su fe es la que le hace llegar a ser la Madre del Salvador: "Beatior est Maria percipiendo fidem Christi quam concipiendo carnem Christi; "Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo" (San Agustín, "De sancta virginitate").» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 506).
Para meditar:
Piensa en la fe tan grande que tenía la Virgen María y en cómo te enseña a creer. Ella, por su fe, vive constantemente en presencia de Dios, sin otra intención que la de obrar siempre en conformidad con la voluntad divina y abandonándose en los brazos de Dios.
¿Vives tú esto como lo vivió María? ¿Actúas en presencia de Dios? ¿Haces su voluntad? ¿Te abandonas y confías en Él?
Propósito:
Reza hoy tres avemarías a la Santísima Virgen, agradeciéndole su ejemplo de fe y pidiéndole que te ayude a imitarla en esta virtud.